NATIVITAS, LUGAR DE MAÍZ

Por María de Lourdes Bobadilla Muciño.

Santa María Nativitas es un pueblo orgulloso de ser campesino, es lugar del maíz cacahuazintle cuya producción, venta y tratamiento son el “modus vivendi” de gran parte de la población. Aunque la agricultura ha sido fuente de sustento humano desde hace miles  de años en las tierras mesoamericanas, en Nativitas la comercialización y procesamiento del grano son actividades muy recientes que en la actualidad son fuente de ingreso importante de los nativitenses.

El maíz cacahuazintle se produce únicamente en altitudes de más de 2 500 msnm, México lo produce en localidades que se ubican en los estados de Puebla, Tlaxcala y el Estado de México, en éste último se cultiva en poblaciones cercanas al Nevado de Toluca, como es el caso de Santa María Nativitas.

Me remontaré a los años entre 1910 y 1920 para referir cómo era la actividad económica de la gente en Nativitas y  encontrar luego cómo y cuándo se transformaron hacia los  que hoy son, donde el maíz pozolero toma su actual relevancia.

Hacia las dos primeras décadas del siglo XX Nativitas sufrió y vivió los efectos de la Revolución mexicana y al igual que en otros lugares del país, la población quedó diezmada y empobrecida. Hoy en día aún se escuchan los relatos de los ancianos recordando la forma en que  zapatistas o villistas o simples bandas de ladrones que se hacían pasar por revolucionarios entraban violentamente al pueblo de Santa María a tomar cuanto quisieran ya fuera animales, dinero comida y hasta mujeres. Cuentan que al grito de ¡“Ahí vienen los zapatistas”! (o villistas), la gente se apresuraba a esconderse en los lugares que tenían ya previstos principalmente para sus jóvenes hijas.

Imaginemos las condiciones en que vivían las generaciones de aquél entonces, según narraciones de los vecinos. Un pequeño pueblo sin más fuente de trabajo que el campo cuya producción alcanzaba apenas para el autoconsumo; con escasez de alimentos y pocos medios de comunicación. Por aquellos años la luz eléctrica existía sólo en una casa, la de Doña Delfina Fierro de donde la delegación municipal se conectaba para alumbrarse por las noches con un solo foco. Era también la delegación el lugar en donde llegaban a reunirse ocho o diez hombres para escuchar el radio de Don Lupe Muciño Nava, el único aparato radiofónico en Nativitas. Cuando años más tarde se conoció la televisión en el pueblo, era Don Miguel Valona el único propietario de tal aparato quien cobrara 20 centavos por ver la “tele”, por las tardes chicos y grandes asistían emocionados a ver tal novedad.

Contaba su padre a Don Albino Bobadilla que para poder completar el sustento varios hombres se aventuraron al comercio cuando  viajaban a otros estados vendiendo ropa, mercería, vinagre y especias. El “viaje”, como le llamaban a esta actividad, duraba entre dos y tres meses y se realizaba en grupo. Los viajeros llevaban consigo un petate para pasar la noche, gordas de haba que les duraban hasta ocho días y algún arma para defenderse. La travesía se hacía a pie en jornadas de diez horas para llegar a su destino en quince días más o menos. La primera jornada alcanzaba Ixtapan de la Sal para continuar andando hacia el estado de Guerrero, cruzaban el rio Balsas. Recuerda el señor Albino que su padre y sus compañeros de viaje tenían como objetivo la compra de reses que adquirían en Guerrero y traían al pueblo recorriendo el camino de regreso arreando el ganado y acampando a la intemperie mientras cuidaban a sus animales del acecho de lobos, tigres y pumas que habitaban en la sierra guerrerense. Al llegar a Nativitas las reses eran destinadas a su venta para consumo humano.

…Y mientras tanto, ¿Qué hacían las mujeres?

Pensemos en una madre de familia con ocho, diez o más hijos que quedaba con poco dinero y sin el apoyo del marido durante cuarenta o sesenta días. Debía buscar la forma de sobrevivir a su modo, muchas mujeres encontraron en la actividad artesanal una alternativa, desde Tenancingo o Capultitlán llegaban los rebozos para ser “empuntados”. Los rebozos corrientes se pagaban  a 40 centavos y los finos a $7.00. Además una mujer podía lavar ajeno o hacer tortillas para vender.

El abastecimiento de agua era algo más complicado que sólo abrir la llave. El agua para beber era sacada de un pozo, el pozo de “la loma” donde las  mujeres y sus hijos acudían para acarrearla en sosocoles, que eran grandes ollas de barro provistas de tres orejas para su transporte en animales de carga. Las señoras lavaban en “el Ameyalco”, lugar donde se formaban presas y “ojitos” de agua limpia que se desbordaba del caño de piedra que bajaba desde los “Temascales”. Entonces la gente acostumbrara bañarse cada ocho días en los puentes de los “Temascales”.

Las mujeres salvaban la necesidad de vestir elaborando a mano la ropa para su familia. La alimentación de su prole también requería de todo su ingenio y era tan variada como sus recursos se los permitían. Se comía lo que se cultivaba: alverjones, haba blanca y meca, frijol negro y trigo. También se consumían diferentes hierbas que crecían silvestres en las milpas ya que aún se desconocía el uso de herbicidas: quintoniles, chivatitos, y corazones. El trigo también fue utilizado para la elaboración de tortillas, mezclado con nixcómil, con o sin azúcar, según su economía.

En fin, que el pueblo era pobre, aunque había unos cuantos personajes a quienes se les tenía como “ricos” pues poseían considerables extensiones de tierra y eran ellos quienes podían, en ciertas épocas del año, dar trabajo a otras personas. Los periodos donde la gente era empleada eran: la siembra, la escarda, realizar sangraderas, la matilama y la cosecha.

La cosa cambia….

Historia del Maiz Pozolero

La vida de los lugareños habría de transformarse a partir de la introducción de una nueva forma de mejorar la tierra y  su productividad: los abonos químicos. Según memorias de mis entrevistados antes de los químicos, el campesino se valía del abono animal y la rotación de cultivos para lograr una raquítica cosecha –entre 30 y 40 costales por hectárea- la que era destinada sólo al autoconsumo y no a la comercialización.

A partir del año de 1945 comienza la fertilización química de la tierra en Santa María Nativitas y la cosecha mejoraría en un 50% de modo que la producción agrícola aumentó permitiendo al campesino obtener un excedente que podía destinarse a la venta.

Al principio la gente acudía a la cercana Villa de Metepec a vender al menudeo el grano del cacahuazintle pero algunos se aventuraron más allá. La ciudad de México fue destino de pequeños comerciantes  que, valiéndose de animales de carga o carros de mulas, llegaban hasta Toluca y de ahí se movían hasta la capital del país utilizando los autobuses de pasajeros en los cuales colocaban debajo de cada asiento sus costales según indicaciones del chofer, una vez llegando a la terminal se ayudaban de los llamados “diablos” y cargadores para llegar al centro de abastos  “La Merced”.

El nivel de vida de la población mejoró y algunos lograron sobresalir gracias a la naciente actividad comercial hasta llegar a adquirir carros de carga motorizados y con ello aumentaron las posibilidades mercantiles. Sin embargo una circunstancia que parecía contravenir su progreso habría de intervenir a favor de la comercialización del maíz cacahuazintle: la Segunda Guerra Mundial así como la Guerra de Corea tuvieron sus efectos en el ámbito económico de todo el orbe y México no fue la excepción.

En la década de los 50’s un férreo proceso de sustitución de importaciones fue impuesto por el gobierno mexicano como consecuencia de la política comercial proteccionista iniciada a fines de los años cuarenta, especialmente para los bienes de consumo. En el Estado de México, el gobernador Salvador Sánchez Colín ordena la prohibición de sacar la producción agrícola más allá de los límites del territorio estatal,  condición que alentó el contrabando del maíz.

Sin embargo, quienes comerciaban el maíz encontraron formas para continuar llevando a “La Merced” su producto. Los maiceros salían después de las doce de la noche hacia la ciudad de México y procuraban ocultar su carga “encahualando” el maíz o tapándolo con arena; aunque no siempre lograban engañar al encargado de revisar todos y cada uno de los camiones que salían de Toluca. Muchos encontraron en los autobuses la forma de pasar sin ser revisados por el calador.

El precio del maíz también se vio afectado en esos años, vender dentro del Estado implicaba una paga de 50 centavos por kilo, quien lograba llevarlo a México previa multa de 200 pesos, podía recibir un peso por kilogramo y aquél que llegaba hasta Acapulco recibía 2 pesos por kilogramo.

Novedades

El cacahuazintle  es la base para la preparación de varios alimentos tradicionales, entre los que el pozole es el más popular. El grano de maíz cacahuazintle  es de gran tamaño, de color blanco y tiene una textura harinosa; la semilla se encuentra cubierta por una cáscara delgada llamada pericarpio. Su preparación inicia con la nixtamalización del maíz con el propósito de remover el pericarpio del grano, después se deja reposar por varias horas para seguir con el lavado que eliminará todo el pericarpio. Una vez sin piel, las puntas o picos del grano deben ser retirados a mano con el fin de reducir su tiempo de cocción y lograr que cada grano reviente.

Actualmente el pozole puede prepararse con maíz entero o despuntado, sin embargo ésta última forma se implementó en Nativitas muy recientemente. Es cerca del año de 1960 cuando el médico Héctor Muciño introduce en el pueblo una novedosa máquina para despuntar el grano del cacahuazintle. Se cuenta que desde el estado de Jalisco un comerciante de maíz ideó el descabezado de la semilla utilizando el disco de un motor de una máquina de costura. Esta idea fue explotada por otro jalisciense, el señor Jesús Salazar, quien llegó a Nativitas en busca de maíz cacahuazintle y fue el señor Muciño con quien se contactó para finalmente venderle su negocio “El grano de oro” que incluía expendio, máquina y despuntadores.

Poco a poco la despuntada se generalizó entre la población aunque al principio los compradores se mostraron renuentes a comprarlo, pues desconocían el cacahuazintle sin cabeza, con el tiempo esta novedad fue todo un éxito. Hoy en día Nativitas cuenta incluso con algunas pequeñas industrias dedicadas a procesar el cacahuazintle para venderlo precocido y despuntado listo para preparar pozole.

En años recientes nativitenses interesados por mejorar la vida de los lugareños se han dado a la tarea de organizar la Expo Feria del Cacahuazintle donde se dan a conocer los productos, tanto culinarios como artesanales, que la gente de esta tierra  elabora a base de esta semilla. La historia, tradición y cultura de la gente de Santa María Nativitas están contenidas, a final de cuentas,  en este pequeño grano.


Agradezco y reconozco a las personas que con sus recuerdos y vivencias hicieron posible la realización de este texto:


Eustolia de Rodríguez
Trinidad Bobadilla (QED)
Alfredo Bobadilla
Albino Bobadilla




La información de Nativitas, lugar de Maíz es proporcionado por el Movimiento Educativo Anŝe, promotor de las actividades sociales en la delegación de Santa María Nativitas, municipio de Calimaya, en seguida se presenta una breve reseña de sus actividades, para las personas que se interesen en ellas.

Centro ubicado en Santa María Natívitas Tarimoro,  trabaja a favor de los valores, la cultura y la educación con personas voluntarias de todas las edades.

Anse

Misión
Promover la cultura, deporte, valores, educación, ecología, salud, para lograr una transformación bio-psicosocial, impactando en la calidad de vida.

Descripción

Fue fundado por Valeria Muciño Y Muciño a la edad de 7 años en el año de 2007, empieza el proyecto como Sala de Lectura Y Desarrollo Anŝe; éste proyecto ha pasado por varias etapas, estado en mejoras continuas por lo que el nombre le fue cambiado varias ocasiones; hasta llegar a su actual nombre: Movimiento Educa-tivo Anŝe.

Trabaja altruistamente brindando diversos talleres educativos, artísticos y culturales para todas las edades, ademas de contar con una biblioteca recreativa. Cuenta con asesorías jurídicas y psicológicas.

Informes:
16 de septiembre No. 38-A en Santa María Nativitas, Calimaya; Edo. de Méx.
movimientoeducativoanse@gmail.com
Cel. 7223777354

 

La cultura del Maíz
Pozolero

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La historia del Mariachi
en Calimaya y su feria

La historia de nuestras
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